Sunday, December 11, 2005

"La guerra de los corderos y las flores"

Como un pintor que cuenta con un paisaje hermoso, tan bello, tan complejo, tan misterioso y sincero a la vez, que le es imposible retratarlo en su lienzo, pues ante lo sublime el ser se reduce a la simple visión, el espectador.

El adivino es capaz de ver la ternura detrás de la astucia ...pretendo serlo.

¿Que siente el pintor ante dicho paisaje?, ya no es pintor porque no pinta, pero igual no es un simple espectador ya que alguna vez pintó. ¿Quien es entonces?

Como las estrellas, inalcanzables... es tan grande el anhelo del hombre por ellas, que se vió en la necesidad de materializarlas. ¿Cuan grande sería la decepción del hombre al pensar que el puntito blanco que tanto quiso, al mismo que pidió ese secreto deseo, en verdad es una cantidad insignificante y cuantiosa de materia acumulada?, un comun cuerpo celeste. Pero entonces recordaría todo lo que ese cuerpo hizo por el, las noches que lo veía, esa mirada perdida y recíproca, aquel deseo secreto, aquella compañía y ternura. Y el cuerpo vuelve a ser un puntito minusculo, el que siempre quiso, y la decepción ya no existe... pena por haberla sentido.
El puntito blanco quedó en su imaginación, y ahora es una hombre de las estrellas, uno de puntitos blancos, esos que en las noches tardaba horas en contar, los mismos que unía su corazón formando figuras que sólo para el tenían sentido.

Así que es mi deber decir que tengo una estrella, y no una cualquiera, pues aunque la mía también brilla y titila, es de color azul, no azul bebé, tampoco azul rey, tal vez un intermedio. Tengo una estrella de veinte puntas, pero puedo hacer que sean menos. Sus puntas pueden llegar a ser peligrosas... peligrosa sutileza.
Pero ahora es cuando me pregunto, ¿como habrá hecho para atrapar una estrella?

Tuesday, December 06, 2005

Un minuto de silencio

Algo sucedió conmigo y ella ya no me considera digno de su ser.
Un dispositivo reproductor de música pioneer del 60 o 70 supongo, tenía su morada en mi cuarto, lo compartía conmigo, era una interacción armónica.
Pero no!, ella decidió quitarle la vida, lo recuerdo bien, justo cuando mi mano giraba el botoncito del volumen, ese que sirve, o servía también para el balance del sonido, justo ahí, en ese momento, las luces azules que revelaban las vibraciones e intensidad de la música, dejaron de brillar. Sus ojos se cerraron, la música se lo llevó, y con el, los discos, los pocos que había logrado coleccionar, los cds que entraban desde el discman por el aux, las últimas emisoras y algunos casettes.
Y con ellos se fué mi droga, mi escape, mis oidos, que eran los suyos (su boca también), mi comunicación con aquel anciano y sabio ser.
Porque digan lo que digan era un ser, era un amigo, siempre estuvo allí, de generación en generación. Y quien iba a pensar que yo sería el úlitmo en escucharlo. No recuerdo bien si era charly o fidel nadal lo que me acanzó a decir en los segundos que agonizaba.
Ahora las tardes en las que su susurro me arruyaba hasta dormir quedaron atrás. Me he visto obligado a recurrir a otros medios, pero desconfío, tal vez porque la huella de lo clásico les fue borrada hasta no dejar rastro.
Quedan la guitarra y mi voz, aunque solo falta que me arrevate esta ultima, sería su estocada final, su último golpe para mi acabose.

-Hombre... de todo corazón te doy mi mas sentido musical.-
silencio...